Gruyères
Seguramente todos conocen el queso suizo gruyère, un queso que para mí es de mis preferidos y de los más famosos del mundo. Curiosamente nos imaginamos este queso con sus agujeros típicos pero déjeme les cuento que ¡no tiene agujeros! Solemos confundirlo con el queso emmental (también suizo de la región del Valle del Emme en el cantón de Berna) ya que este queso si tiene los agujeros típicos. El queso gruyère tiene un sabor más intenso y complejo con un ligero toque salado, mientras que el emmental es más suave y con un ligero sabor a nuez. ¡Así me lo parece a mi! A mi me gustan los dos, pero aquí les quiero contar del queso gruyère y de su lugar de origen en Gruyères, Suiza donde tuve la fortuna de ir hace un par de veranos.
Gruyères es una ciudad pequeñita en el cantón suizo de Friburgo, en la Suiza francesa. A mi, me pareció un sueño de lugar, un pueblito medieval como salido de un cuento, tiene hasta un castillo muy bonito y con mucha historia del siglo XIII. Si tienen oportunidad de ir se los recomiendo ampliamente. Este pueblito solo tiene una calle principal, empedrada, donde no dejan entrar coches. Los coches los estacionas afuera del pueblo. Tiene sus pequeños hoteles y restaurantes ahí, en esa calle también hay una fuente y todo está decorado con flores. Hermoso.
Estando ahí fuimos a visitar La Maison du Gruyère que es justo la quesería donde hacen este famoso queso. Este queso tiene la AOP (Appellation d’Origine Portégée) que significa la denominación de origen controlada y que asegura que solo los quesos producidos en esta región y hechos con sus métodos tradicionales pueden llevar este nombre. Ahí pudimos ver como los hacen, siguiendo el mismo método artesanal que se pasó de generación en generación desde el siglo XII. Este queso está hecho de leche de vaca que se alimentan solo de forraje natural de las montañas. Hay todo un proceso muy interesante que vimos para finalizar haciendo las ruedas de queso que dejan madurar diferentes meses. Normalmente entre 6 y 9 meses es el queso tierno que es el más común, pero hay algunos que los dejan madurar más de 10 meses y hasta 18 o 24 que se vuelven más añejos y complejos de sabor y difíciles de encontrar fuera de Suiza. Ahí nos dieron a probar de diferentes maduraciones y todos deliciosos. Fue muy interesante ver y aprender sobre la elaboración de este famoso queso suizo.
Después fuimos a un restaurante típico en el pueblo a comer una riquísima fondue - que la receta original lleva mitad queso gruyère y mitad queso emmental- y fue un festín!! ¡Delicioso! Disfrutamos mucho comer esta fondue en uno de los lugares más emblemáticos de la zona. Yo crecí comiendo fondue desde niña pues en mi familia existe la tradición de hacer la fondue (que mi papá la hace al pie de la letra) y a todos en mi familia nos encanta. Acá en Gruyères, la fondue la acompañas además de pan, con papas cocidas, te traen carnes frías y cornichons. Obviamente debes de acompañar la fondue con un buen vino blanco de la región, ¡una delicia! Me gustó mucho haber ido a Gruyères, en la Suiza francesa, la gente muy amable, practicar mi francés, comer delicioso, ver esos paisajes bellísimos como de un sueño y conocer finalmente el lugar de origen de este queso tan querido en todo el mundo.